Aires mediterráneos envuelven el nuevo trabajo discográfico de Manolo García, el cuarto de una carrera en solitario que inició hace una década y en el que lanza "un mensaje enérgico, comprometido y esperanzador".
Grabado en España y en la isla de Creta, 'Saldremos a la lluvia' recurre a la instrumentación tradicional griega para seguir con su compromiso de aportar novedad a cada uno de sus lanzamientos: "Hay que endulzar el proceso de creación de cada trabajo, es como volver a enamorarse continuamente de la persona amada", por lo que además de a sus colaboradores habituales, incluye en este nuevo trabajo a músicos griegos, para "buscar en otras sonoridades", y lo adereza con el flamenco políglota de Ojos de Brujo, contando con algunos de los instrumentistas de esta formación.
Manolo, además de componer y producir, como siempre lo ha hecho en sus discos en solitario, también mete "unos porrazos" en el álbum, ya que toca la batería y algunas partes de guitarra.
Han pasado ya diez años de trayectoria en solitario desde que disolviera el dúo El último de la fila, y al respecto comenta que "ha sido un tiempo intenso en el que he podido desgranar un discurso propio", "a partir de ciertas edades crear en equipo ya no tenía sentido". También ha sido un tiempo lleno de reconocimientos sin ajustarse a las normas de comercialidad. ¿Las razones? "Nunca me he salido de mi carril. Mi intención ha sido la de ser músico sin fama y la de no resultar pesado, huir de toda vanidad y desaparecer entre disco y disco. E intento cuidar a mi público", dice.
Para Manolo García, que ha vendido millones de copias de sus tres álbumes anteriores, el riesgo creativo que se impone en todo nuevo paso supone "un riego relativo", porque sólo se juega "que la aceptación del disco sea menor si la propuesta no encaja". "La decisión del público es como un reguero de pólvora. Ya desde que se lanza el primer sencillo te sientes como en un circo romano, y el pulgar hacia arriba o hacia abajo determina el funcionamiento del resto del disco", reflexiona el músico, que en esta ocasión ha decidido presentar "Saldremos a la lluvia" con la canción "No estés triste".
Prevé viajar a
Latinoamérica por vez primera en diez años, tras una breve visita el mes pasado en Perú, México y Argentina que sirvió para reencontrarse con admiradores de El último de la fila. Y, a pesar de que no suele participar en macrofestivales, también le espera el Festival Rock in Rio, el 27 de junio próximo, una cita que ha decidido aceptar porque defiende un mensaje ecológico, que también encierra este nuevo álbum, y porque tiene la oportunidad de coincidir con Alanis Morrisette y Neil Young y así acudir también como espectador.
La revista 'Rolling Stone', en su edición estadounidense, le concede 2.5 estrellas sobre un total de 5, a la par que afirma: "Su voz es mediocre, y su tono a veces inestable. Es como Marilyn Manson desmayado y perdido en una niebla sónica". 'Entertainment Weekly', a su vez, tilda su voz de "carente de expresión", y otros, como el 'Washington Post', afirman que es imposible distinguir una canción de la anterior.
